Jelena Djokovic es una de las WAG más ricas del mundo, pero su vida no siempre fue color de rosa. La mujer de 39 años, esposa del titán del tenis Novak Djokovic, creció en una zona próspera de Serbia. Al principio, su familia era acomodada y la vida era bastante cómoda, pero todo cambió cuando sus padres, Miomir y Vera, experimentaron un colapso financiero repentino y ella y su hermana se vieron obligadas a mudarse.
“Quebramos”, dijo Jelena a Sportal. “Lo logramos, lo vivimos todo. Gracias a los músculos de mi madre, con la enorme voluntad, las ganas y la fuerza que tenemos mi hermana y yo, lo que ella no tenía, nos fuimos los dos a estudiar al extranjero”. A pesar de sus dificultades, los padres de Jelena siguieron siendo símbolos de inspiración para ella y su hermano. “Creo que las mujeres adquieren muchas cualidades observando a sus padres, especialmente a sus madres”, afirmó Jelena. “Mi madre nos dio a luz a mi hermana y a mí temprano, nos crió y trabajó constantemente. Nada fue difícil para ella, luchó como el infierno para asegurarnos una vida y una educación de calidad, en condiciones muy difíciles”.
También le dio crédito a su padre por tener la “fuerza de un león” e inculcar una ética de trabajo en sus hijos que garantizaba que nada se diera por sentado y que todo se trabajara duro. “Por eso mi hermana y yo intentamos ser independientes”, continuó Jelena.
“No esperamos a que algo caiga en nuestro regazo, luchamos por ello. Aconsejaría a otras mujeres jóvenes que luchen con todo su corazón por lo que creen”.
Esta actitud se hizo evidente cuando llegó el momento de que Jelena fuera a la universidad. Quería estudiar en el extranjero, pero como sus padres no podían financiar esa mudanza, se centró en conseguir una beca.
“Me implicó ser la mejor estudiante de la escuela primaria y secundaria para poder ganar becas”, explicó Jelena. Su trabajo dio sus frutos y acabó yendo a la Universidad Bocconi de Milán, donde estudió gestión de marcas de lujo.
Jelena y Novak se conocieron en la escuela secundaria a finales de los años 1990. Comenzaron a salir en 2005, poco después del lanzamiento de la carrera tenística profesional de Novak, pero la logística no fue fácil, especialmente al principio. “Reunirnos fue casi como ciencia ficción”, dijo Jelena a Hello! revista el año pasado.
“Yo era una estudiante que apenas sobrevivía y él era un tenista muy joven que tampoco tenía dinero para gastar en viajes caros”, añadió. “Los aviones eran, en ese momento, algo completamente fuera de nuestro alcance. Ideamos e ideamos estos planes: cómo encontrarnos, cómo hacer que nuestra relación funcione”.
La pareja se comprometió en 2013 y se casó en Montenegro, en la idílica isla de Sveti Stefan. “La boda fue todo lo que esperábamos que fuera”, dijo Jelena. “Nuestra familia y amigos más cercanos se reunieron en un hermoso entorno para celebrar nuestro amor. Fue verdaderamente emotivo e inolvidable para nosotros”.
Recordando el momento en que vio a Jelena caminar hacia el altar, Novak dijo efusivamente: “Verla por primera vez con su vestido de novia, sonriendo y caminando hacia mí… Parecía un ángel. Estaba tratando de estar presente en ese momento y memorizarlo. Estaba concentrado en ella, en su sonrisa y en nuestro bebé. Realmente fue un momento perfecto”.
Juntos tienen dos hijos, Stefan y Tara, nacidos en 2014 y 2017 respectivamente. Jelena, Stefan y Tara se han convertido en participantes semi-regulares de los partidos de Novak, particularmente durante los torneos de Grand Slam.
Una vez le explicó que, aunque se “apasiona” cuando ve jugar a Novak, debe tener cuidado de no mostrar demasiadas emociones. “Tengo que tener cuidado porque no quiero emocionarme demasiado y distraer a Novak”, dijo al Daily Mail. “No queremos que nos vean emocionarnos. Cuando estoy en casa mirándolo por televisión, me apasiono aún más porque sé que las cámaras no me están enfocando”.
Jelena es ahora cofundadora y directora ejecutiva global de la organización benéfica de la pareja, la Fundación Novak Djokovic, y le da un buen uso a su título. Como explicó al HuffPost, Novak y su familia crearon la organización en 2007 para ayudar a los niños desfavorecidos en Serbia dándoles acceso a la educación infantil.








