El segundo regreso de Pierre-Emerick Aubameyang al Olympique de Marsella fue recibido con romance y escepticismo a partes iguales. Su primera etapa fue excepcional (30 goles en 51 partidos), pero su posterior marcha a Arabia Saudita pareció un capítulo final. Cuando regresó, persistían las preguntas: ¿podría su cuerpo soportar aún la intensidad de la Ligue 1, las exigencias de la Liga de Campeones y el ritmo implacable de Roberto De Zerbi?
La respuesta, rotundamente, ha sido sí. En todas las competiciones de esta temporada, Aubameyang ha combinado goles con creatividad, convirtiéndose no sólo en un rematador sino en uno de los creadores de juego más productivos de la Ligue 1. Con cinco goles y cinco asistencias en la liga, se ha unido a un grupo exclusivo de jugadores en las cinco principales ligas de Europa para alcanzar ese punto de referencia, mientras que su cuenta de asistencias lideró brevemente la Ligue 1.
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Lo que más ha evolucionado es su inteligencia de juego. Aubameyang ya no se basa únicamente en carreras explosivas por detrás. En cambio, se desplaza inteligentemente, ocupa a los defensores, presiona agresivamente y crea espacios para los demás. El ataque de Marsella ha prosperado gracias a ese equilibrio, contando con la ofensiva más prolífica de la división, con Aubameyang actuando como catalizador y conducto cuando Mason Greenwood no puede anotar.
Un doblete decisivo contra el Newcastle
Los números respaldan ese examen de la vista. El Marsella ha ganado todos los partidos en los que Aubameyang ha marcado, y en la Liga de Campeones, hizo retroceder los años con un doblete excelente contra el Newcastle para convertirse en el jugador de mayor edad en marcar dos veces en la competición para un club francés.
El liderazgo de Aubameyang ha sido igualmente significativo. Con Amine Gouiri fuera de juego por lesión, el delantero gabonés ha asumido la responsabilidad del ataque casi solo en ocasiones. Eso lo ha cansado y decaído hacia los partidos finales de 2025. Sin embargo, incluso cuando los goles se han agotado, su movimiento, presión y desinterés han permitido que sus compañeros más jóvenes florezcan a su alrededor.
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También hay una dimensión emocional. La carrera de Aubameyang lo ha llevado a través de la élite europea en Dortmund, Arsenal, Barcelona. Sin embargo, Marsella se ha convertido en su hogar elegido. Su conexión con la ciudad, el público y la identidad del club no ha hecho más que profundizarse con la edad.
“Es fantástico ver que mi arduo trabajo da sus frutos, incluso si no está terminado”. Aubameyang ha reflexionado. Aubameyang ya no se mide únicamente por la producción bruta. Como el buen vino, ha madurado y, para Marsella, ese refinamiento sigue marcando la diferencia, especialmente en los escenarios más importantes.
GFFN | George Boxall




