En el negocio internacional de fútbol, millones están en juego, especialmente cuando se trata de transferencias. Pero en un caso curioso de 2006, un jugador no cambió de clubes por dinero, sino por 15 kilogramos de salchichas.
Lo que suena como una broma es la realidad amarga: ¡Bienvenido al mundo de Marius Cioara!
El defensor rumano jugó para la cuarta división UT Arad antes de pasar al Regal Hornia de la segunda división. Pero en lugar de una tarifa de transferencia clásica, optaron por una solución más sustancial: carne en lugar de dinero. Lamentablemente, no se documenta con o sin mostaza.
Lo que suena como un sabroso truco de relaciones públicas tuvo consecuencias amargas para Cioara. El día después de la transferencia, anunció su retiro, fuera de vergüenza.
Aparentemente, el tema de la salchicha fue explotado demasiado con entusiasmo en su nuevo club. “Los chistes de salchicha simplemente obtuvieron demasiado”, se quejó el jugador a un periódico local. Sin embargo, no perdió su sentido del humor: “Hubiera obtenido más de los alemanes”.
¡Qué correcto era el hombre, en Alemania, no conocen ninguna broma sobre este tema!
Cioara rápidamente dejó el fútbol y se convirtió en un trabajo con los pies en la tierra en una granja española. Si él pudo encontrar su paz personal, desafortunadamente no está documentado.
Regal Hornia, por otro lado, exigió las salchichas de regreso, probablemente con la esperanza de poder compensar a sus propios fanáticos con una fiesta de barbacoa en caso de un fracaso deportivo.
En el mundo de las transferencias de fútbol culinarias, Cioara ya no está solo. En Noruega, el jugador Kenneth Kristiansen una vez cambió los clubes por 75 kilogramos de camarones. El pateador: la cantidad correspondía exactamente a su peso corporal. El presidente del nuevo club comentó secamente: “No hay problema, tenemos suficientes camarones”.
Estas historias muestran: el fútbol no es solo un juego lleno de emociones, sino que aparentemente también está llena de gusto, a veces incluso en el sentido literal.
Y quién sabe: tal vez un jugador será transferido para una paleta de pizzas congeladas a Italia o un suministro de albóndigas de un año a Suecia pronto. Bueno, ¡Bon Appétit, en cualquier caso!
📸 Michael Dodge – 2018 Getty Images