Alexander Zverev ha sido impulsado por su compatriota, Boris Becker, a sacar a su hermano y padre de su configuración de entrenamiento. El jugador de 28 años nunca ha ganado un título de Grand Slam a pesar de llegar a finales en el Abierto de Australia, el Abierto de Francia y el Abierto de Estados Unidos.
Y Becker está ansioso por que Zverev termine la espera de 34 años a que un hombre alemán gane un título importante. Se quedó corto nuevamente el miércoles, cuando Novak Djokovic lo superó en una batalla de Roland-Garros de cuatro sets y marchó a las semifinales del Abierto de Francia. Fuera de eso, Becker siente que podría ser hora de que Zverev sacudiera las cosas detrás de escena.
Le dijo a EuroSport Alemania: “(Zverev) tenía (Ivan) Lendl, (Juan Carlos) Ferrero, (David) Ferrer y (Sergi) Bruguera. No es mucho mejor que eso. Pero siempre estaban integrados con su padre y su hermano. Y no creo que nadie vaya en esta vértigo.
“Si echas un vistazo a la carrera de (Rafael) Nadal, Toni Nadal estuvo allí durante mucho tiempo, entonces Carlos Moya o Francisco Roig aparecieron en algún momento.
“¿Cómo está (Jannik) Sinner? Ahora ha habido tres años exitosos con Darren Cahill. Ahora hay una nueva que viene. En algún momento necesitas nuevos ruidos y un nuevo entorno.
“Es lo mismo en el fútbol, como entrenador de fútbol que normalmente no te quedas con un club durante 10 años. (Zverev) es el que decide. Él es el presidente de la junta, el CEO. Decide cómo se verá el equipo Zverev en el futuro. Su padre y su hermano hicieron un excelente trabajo, pero no fue lo suficientemente bueno para el último paso”.
Zverev todavía está en los primeros años de su carrera, al menos en términos de fisicalidad, lo que debería dejarle muchas más oportunidades para tener sus manos en una corona de Grand Slam.
Pero con una cosecha de hambrientos ascendentes que esperan alterar el orden jerárquico establecido, sin mencionar el hecho de que Sinner y Carlos Alcaraz se están fortaleciendo con cada año que pasa, Becker ha enfatizado a Zverev que el tiempo es esencial.
“El sueño de un título de Grand Slam no ha terminado, pero con cada oportunidad perdida, se vuelve más difícil”, explicó. “La generación más joven está mejorando. La competencia no es la generación de Djokovic, sino la de Alcaraz y Sinner”.