Stuart Hogg admite que jubilarse para intentar salvar su matrimonio fue el mayor error que cometió, pero dice que no volverá a cometerlo.
La ex estrella de Scotland and Lions conmocionó al mundo del rugby en julio de 2023 cuando anunció su retiro, diciendo que su cuerpo no estaba preparado para jugar, pero desde entonces se supo que toda su vida estaba en crisis.
Y Hogg, que en 2020 formó parte del equipo de los Exeter Chiefs que ganó el doblete de la Premiership y la Copa de Campeones de Europa, pronto se dio cuenta de que había cometido un gran error.
Al cabo de un año, estaba de vuelta con los 14 gigantes del Top 14, Montpellier, y ahora dice que se siente mejor a los 33 años que a los 28 o 29, con todos los casos judiciales tan publicitados detrás de él.
“Extrañé el bullicio, el vestuario, las bromas. Extrañé el rugby más de lo que jamás me di cuenta. Renuncié a mi carrera de rugby para tratar de salvar mi matrimonio. En ese momento, no sabía quién era”, dijo Hogg. El periódico del rugby este fin de semana en una amplia entrevista.
“Estaba hasta los ojos con antidepresivos. No sabía lo que estaba pasando en la vida, si hacía feliz o triste a la gente. Usaba alcohol para escapar. Estaba puramente existiendo.
“El viaje en bicicleta de Doddie Aid desde Escocia a Roma lo cambió todo. Por primera vez desde que me jubilé, me sentí parte de un equipo nuevamente. Regresé y le dije a mi papá: ‘He cometido el mayor error de mi vida’.
“Extrañé la camaradería, las risas, el entusiasmo. Necesitaba recuperar eso”. Hogg, cuyo divorcio finalizó a principios de este mes en el Tribunal del Sheriff de Jedburgh, dice El periódico del rugby.
El caos continuó cuando se mudó a Francia, pero esta vez relacionado con el rugby. Montpellier despidió a todo su cuerpo técnico horas después de conocerlos, luego sufrió una serie de lesiones, pero dio la vuelta.
Con contrato hasta 2027, acepta que no será el Stuart Hogg que alguna vez fue, pero ha encontrado la paz interior desde que se mudó a Francia y está lidiando con estar lejos de sus hijos.
“La verdadera desventaja es estar lejos de mis hijos y tener la oportunidad de volver a verlos regularmente. La esperanza es que puedan venir a Francia y verme.
“Las cosas están mejorando en ese aspecto, lo cual estoy agradecido, así que definitivamente están mejorando para mí y mi familia. Vivo a 20 minutos de Montpellier, a cinco minutos de la playa. Es relajante”.
Los jugadores y entrenadores me valoran, quizá porque finalmente me valoro a mí mismo. Estoy en un mejor lugar mentalmente que en años. Solía pensar que ser egoísta era fuerza.
“Pero llevé eso demasiado lejos. Lastimé a la gente. Ahora, estoy aprendiendo a ser desinteresado por las razones correctas: por mis hijos, mi pareja, mi equipo. Sé que nunca seré el mismo Stuart Hogg que alguna vez fui, pero estoy bien con eso. He encontrado la paz.
“Estoy viviendo el ahora. Todo el mundo pregunta sobre la vida después del rugby. Pasé demasiado tiempo preocupándome por el futuro. Ahora sólo quiero jugar hasta que ya no pueda jugar más. El rugby siempre será parte de mi vida, al 100 por ciento”, añade Hogg.