La economía de China se ha desacelerado a medida que la turbulencia comercial provocada por las tarifas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y una crisis prolongada en el mercado inmobiliario pesa el crecimiento.
Los números oficiales muestran que la segunda economía más grande del mundo creció un 5,2% en los tres meses a fines de junio, en comparación con el mismo período del año pasado. Esto cayó un 5,4% en el trimestre anterior.
Pero hasta ahora el país ha evitado una crisis aguda, en parte debido a las medidas anunciadas por Beijing para ayudar a apoyar la economía y una tregua de aranceles frágiles con Washington.
La economía “resistió la presión y ha realizado una mejora constante a pesar de los desafíos”, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas de China en un comunicado.
También el martes, los números oficiales mostraron una caída en los nuevos precios de las casas de China en junio, cayendo al ritmo mensual más rápido en ocho meses.
Los datos sugieren que el sector inmobiliario del país continúa luchando, a pesar de varias rondas de medidas para apoyar los precios inmobiliarios.
Algunos economistas esperan que China pierda su objetivo de crecimiento anual “alrededor del 5%” este año.
“La verdadera pregunta es cuánto. Creemos que defenderá un piso del 4%, que sigue siendo el nivel mínimo políticamente aceptable”, Dan Wang, director de China del Grupo de Consultoría de Eurasia a la BBC.
Una guerra arancelaria entre el presidente de China, Xi Jinping y Trump, llevó a Estados Unidos a imponer una tasa del 145% en las importaciones chinas. A cambio, Beijing introdujo un impuesto del 125% sobre algunos bienes estadounidenses.
Estas tasas se detuvieron después de las negociaciones en Ginebra y Londres. Ambas partes ahora tienen hasta el 12 de agosto para llegar a un acuerdo comercial a largo plazo.
Washington también ha afectado a los países con estrechos lazos económicos con China a tasas fuertes.