Un tenista que utilizó besos como defensa en un caso antidopaje ha sido suspendido por cuatro años.
Gonçalo Oliveira, jugador de origen portugués que representa a Venezuela, fue suspendido provisionalmente en enero tras dar positivo por metanfetamina en noviembre de 2024, en un evento ATP Tour Challenger en Manzanillo, México.
Después de que la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA) notificó a Oliveira su suspensión provisional, solicitó que una mujer, cuyo nombre está redactado en la decisión completa de la ITIA en el caso de Oliveira, proporcionara una declaración como testigo.
Declaró que conoció a Oliveira en un bar de Manzanillo, y que “terminaron besándose” poco después de que ella “consumiera una pastilla que me hizo sentir euforia, agitación, confianza para socializar y en el momento una sensación de energía y alegría”. En una entrevista posterior con un investigador de la ITIA, ella confirmó este relato, pero se negó a nombrar el medicamento por motivos de privacidad.
Oliveira utilizó su testimonio, así como el suyo propio, de que pasaron mucho tiempo besándose en el bar, durante la investigación de la ITIA sobre su caso. Cuando dictó la decisión de suspenderlo por cuatro años, Oliveira solicitó una audiencia ante un tribunal independiente.
Después de tener en cuenta el testimonio del jugador y la mujer, así como las presentaciones de los expertos proporcionados por la ITIA y Oliveira, el tribunal dictaminó que, considerando las probabilidades, Oliveira no demostró con éxito que los besos fueran la fuente de contaminación por anfetaminas, y confirmó la prohibición de cuatro años de la ITIA.
Oliveira podrá competir en enero de 2029, gracias al crédito de su tiempo suspendido provisionalmente. No es el primer tenista que sostiene que los besos fueron el origen de una infracción antidopaje. En 2009, Richard Gasquet fue suspendido provisionalmente por dar positivo en cocaína, pero argumentó con éxito que fue el resultado de besar a una mujer en un club nocturno de Miami.