Los votantes japoneses fueron a encuestas el domingo, en una elección fuertemente disputada en medio de la frustración pública por el aumento de los precios y la inminente amenaza de los aranceles estadounidenses.
El Partido Liberal Democrático (LDP) y su socio de coalición junior Komeito necesitan asegurar 50 escaños combinados para mantener una mayoría general en el momento superior, pero la última investigación muestra que pueden quedarse cortas.
Esta elección ocurre en un momento difícil para el primer ministro Shigero Ishiba y su coalición gobernante, mientras que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aumenta la presión sobre Tokio durante las negociaciones tarifas tensas.
La enorme industria automotriz de Japón, que representa el ocho por ciento de los trabajos del país, sufre tasas dolorosas que ya están en vigor.
Los datos de exportación débiles la semana pasada temían que la cuarta economía más grande del mundo pudiera traer una recesión técnica.
Aunque Ishiba aseguró una reunión temprana con Trump en febrero y envió su enviado comercial a Washington siete veces, no se ha llegado a ningún acuerdo.
Para los votantes, combatir los precios crecientes también es una preocupación central.
El costo del arroz, una comida básica para las familias japonesas, casi se ha duplicado desde el año pasado.
En los últimos meses, el gobierno ha tenido que explorar sus acciones de emergencia para enfrentar la escasez.
Desde la elección de la Cámara de Dos del año pasado, que vio a la coalición por debajo de la mayoría, el PLD no ha podido recuperar la confianza de los votantes que no están contentos con los salarios estancados e inflación implacable.
Mientras tanto, el Sanseito del Partido Populista, que utiliza las redes sociales para atraer a los votantes más jóvenes, ha visto un aumento en la popularidad.
La investigación muestra que su eslogan “japonés primero” ha jugado un acorde con algunos conservadores, aunque su posición de línea dura en extranjeros criticó.
El partido quiere “reglas y límites más rigurosos” de la inmigración, se opone a las políticas de género “globalismo” y “radical” y quiere repensar la descarbonización y las vacunas.
Si la coalición gobernante de Ishiba no garantiza 50 presidentes, habrá perdido la mayoría en las dos cámaras del Parlamento, lo que podría amenazar su liderazgo y conducir a la inestabilidad política.
El Partido Central de Derecho de Ishiba ha gobernado casi continuamente Japón desde 1955, aunque con cambios frecuentes de líderes.
La última vez que el LDP y Komeito no pudieron ganar la mayoría en la ciudad superior de la cámara superior, ya que ya caía por debajo del umbral en 2007.
Esto fue seguido por un raro cambio de gobierno en 2009, cuando el ahora extinto Partido Democrático de Japón gobernó durante tres años.