“Más importante aún, me gustaría disculparme por el comportamiento grosero y de espíritu mezquino de nuestra multitud estadounidense en Bethpage. Como ex jugador, capitán y como estadounidense, me avergüenzo de lo que sucedió”.
Watson, de 76 años, fue un vencedor competidor en las versiones de 1977, 1981 y 1983 de la Ryder Cup antes de liderar el equipo de Estados Unidos para triunfar en 1993.
Los espectadores bombardearon a los competidores europeos con lo que caracterizaron como asaltos “personales” durante todo el fin de semana. En ciertos casos, los estadounidenses instruyeron a otros fanáticos que cesaran.
Los fotógrafos fueron atacados con botellas de agua, y los organizadores del evento tuvieron que amenazar la eliminación de los fanáticos ebrios. La esposa de McIlroy, Erica Stoll, fue golpeada por una lata de cerveza.
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“Erica está bien. Es una mujer fuerte”, dijo McIlroy. “Ella manejó todo esta semana con clase, equilibrio y dignidad como siempre.
“El golf debería mantenerse a un estándar más alto que el que se vio allí esta semana. Había mucho lenguaje que era un comportamiento inaceptable y abusivo … es una minoría de la multitud. No es la mayoría”.
En un caso, McIlroy respondió soplando un beso.
Antes del último día del domingo, Bradley ofreció una perspectiva ligeramente diferente. Si bien reconoció que algunos de los comentarios cruzaron la línea, recordó la atmósfera ruidosa en la Copa Ryder 2023 en Roma y se negó a criticar su comportamiento.
“Pensé que los fanáticos eran apasionados”, comentó Bradley. “Quiero decir, su equipo local está siendo golpeado mal. Son fanáticos apasionados. No estaba en Roma, pero escuché muchas historias de que Roma también era bastante violenta.
“Pero los fanáticos de Nueva York, por lo que he visto, han sido bastante buenos. Siempre vas a tener algunas personas que cruzan la línea, y eso es desafortunado. Estaba feliz de ver a nuestros jugadores tratando de calmar a algunas personas que eran así”.
Justin Thomas compartió opiniones similares sobre el asunto. “No creo que la seguridad de nadie estuviera necesariamente en peligro”, dijo.
“Definitivamente se dijeron algunas cosas desagradables, pero no creo que nadie temiera necesariamente por su vida o en cualquier tipo de situación en la que se lastimaran”.