Era evidente que Kevin Durant llegaba a Phoenix para apuntalar un proyecto exitoso en los últimos años, pero al que le faltaba un paso más para ser favorito al anillo. Pero del dicho al hecho hay un trecho. Sin embargo, todas las dudas posibles han sido desterradas por el alero. En ocho encuentros desde febrero con su nuevo equipo ha firmado otros tantos triunfos, son siete consecutivos ya para unos Suns que dieron cuenta la pasada madrugada de Denver Nuggets, líder del oeste.
Aunque es cierto que su rival reservó a su quinteto titular al tener bajo el brazo el primer puesto de la conferencia, los números de Durant asustan. El alero anotó 29 puntos en 40 minutos, incluidos seis triples, para comandar el triunfo ante los Nuggets (119-115). Monty Williams, entrenador de los Suns, trata de lograr que Durant se acople cuanto antes a sus compañeros, por eso cada vez le concede más minutos sobre la pista. La respuesta no pudo ser mejor. En los ocho partidos ha promediado 26 puntos y 6,4 rebotes.
Al acierto de Durant se sumó el de Chris Paul, que anotó siete triples, la mejor marca en sus 1.213 encuentros en la NBA. Acabó con 25 puntos, seis rebotes y sólo dos asistencias. Devin Booker no tuvo su noche y sólo logró un tres de 12 en lanzamientos de campo para acabar con 15 puntos. El próximo rival de los Suns serán los Lakers, que podrían verse abocados a jugar el play-in.
Denver, por su parte, no alineó a Aaron Gordon, Michael Porter Jr., Jamal Murray y Kentavious Caldwell-Pope. Tampoco Nikola Jokic, con unas molestias en la pantorrilla, pudo participar en el encuentro. “Estamos tratando de ser inteligentes en el manejo de las lesiones, hablando con los jugadores individualmente y con nuestro personal de entrenamiento. Después de haber jugado 79-80 juegos hasta este momento, esos muchachos han estado peleando con estas lesiones por un tiempo”, reconoció el entrenador Michael Malone.