Adel Mechaal: “Le he plantado cara a Ingebrigtsen, ¿no?”

Atletismo

-Yo he hecho lo que tenía que hacer -dice Adel Mechaal (32) en la zona mixta del Ataköy Arena.

Y lo que tenía que hacer era perseguir al “monstruoso” Jakob Ingebrigtsen para atrapar una plata en el 3.000.

-Porque con él no se puede, de verdad que no -insiste Mechaal, que se había estudiado al talento noruego, y tanto que se lo ha estudiado que incluso busca la manera de imitarle.

Y añade:

-Llevamos un tiempo cambiando sistemas de entrenamiento. Con Antonio Serrano, mi entrenador, hemos descubierto algunos de sus secretillos. También me ayuda Arturo Casado (campeón de Europa del 1.500 en el 2010, un analista profundo). Entre todos, investigamos qué hacen estos noruegos en las últimas tres semanas antes de la gran competición. Trabajan de forma muy correcta. Crean una base aeróbica sólida para empezar a construir. Y creo que estoy asimilando todos estos cambios, porque el año pasado mejoré todas mis marcas y ahora, esto: al menos, Ingebrigtsen no ha podido celebrar la victoria demasiado pronto.

Y su discurso, acelerado, revisa la carrera.

Es un tipo meticuloso, este Mechaal.

Se ve a sí mismo persiguiendo a Ingebrigtsen, el rey del mediofondo actual, antes un niño y ahora un gigantón que ya ha ganado once títulos europeos, entre pista cubierta, aire libre y cross, pero quiere más porque, insiste él mismo, “quiero ser el mejor corredor de la historia”.

Mechaal contempla a Ingebrigtsen e Ingebrigtsen no contempla a nadie.

La carrera es suya, va a hacerla a su aire, y el resto, a tren.

Ingebrigtsen es un metrónomo. Arranca a 33 segundos la vuelta y paulatinamente va acelerando. Pasan el km en 2m41s y a partir del 1.500 empieza a firmar vueltas a 32s, y luego a 31s, y a 30, y a 29s5…

No hay vértigo detrás porque todos entienden su sino.

Tampoco se asusta Mechaal, empeñado como está en seguir los pasos del noruego. Donde el otro quita el pie, Mechaal lo pone. Fila india y a sufrir.

-Lo suyo es una frecuencia constante. No sé cómo lo hace, porque no cambia nada. Simplemente, cada vez te lleva más rápido, imprime fuerza sin moverse -dice Mechaal, que asimila su sino al entrar en la última vuelta, cuando Ingebrigtsen añade otro acelerón y le abre un metro, y luego dos. Y tres.

Y así acaba la prueba, con Ingebrigtsen reeditando su doblete del 2021 (marca 7m40s33 y une este título al del 1.500) y Mechaal un segundo y medio por detrás, en 7m41s75, su tercer podio europeo, una plata que le sabe a oro porque el hombre que le antecede juega en otra categoría.